Después de una larga noche de distendida lectura, mientras el sol ya se desprendía completamente de su cuna y me disponía a dormir, me asalta una terrible angustía, sofocante física y espiritualmente. La desesperanza instantánea (u oculta quizá), vos ( con qué sentido?! con qué necesidad?!!), esa sensación de haber desperdiciado el tiempo, algo ... No sé que.
El ahogo. La incertidumbre (en un sentido trágico). La locura, latente, acechante. Y estas palabras desesperadas tratando de encontrar paz, aunque a lo sumo sólo podrían ser una vía de escape, un "aflojar" la soga.
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